A diferencia de los animales domésticos, habituados a la presencia del ser humano, los animales salvajes son aquellos que se mantienen en su estado original, habitando espacios alejados de la intervención humana, e insertos en una dinámica natural a la cual responden sus instintos. Dicho en otras palabras, los animales salvajes son aquellos que no conocen relación alguna con el ser humano, y por lo tanto lo perciben como un elemento ajeno a su entorno y sus costumbres.
Los animales salvajes constituyen el grueso de la biodiversidad y la innovación biológica de nuestro planeta, de manera tal que incluso desconocemos todavía un alto porcentaje de las especies que habitan en lo más denso de las selvas o en las regiones más recónditas del mundo. Eso no impide que nuestro modelo expansivo de vida suponga, por lo general, una amenaza para la vida silvestre, ya que la contaminación, la deforestación y la cacería indiscriminada, cuando no la introducció
Así como los animales salvajes están adaptados a vivir en su hábitat natural, sometidos a las leyes naturales, o sea, alejados de la intervención del ser humano, algunos animales han aprendido a vivir junto a nosotros, incluso dentro de nuestras casas, formando con nosotros un vínculo estrecho.
Hay casos incluso en que nos tratan como a miembros de una misma manada, y es probable que sufriesen mucho nuestra ausencia. Estos son los animales domesticados. Antes de ser domesticados, los animales eran todos salvajes, claro está. La mayoría de los animales del mundo viven aún de esta manera, en sus respectivos hábitats originales: la selva, el desierto, el mar, etc.
Más en: Animales domésticos
El tiburón
Los tiburones son algunos de los más grandes depredadores que tiene el hábitat marino. Son peces generalmente grandes, cartilaginosos, excepto su dentadura, conformada por dientes filosos y triangulares, de mayor o menor tamaño.
A pesar de su aspecto amenazante, de las 375 especies conocidas de tiburones en el mundo apenas unas dos o tres han protagonizado ataques no provocados a seres humanos, generalmente al confundirlos con algún mamífero marino parte de su dieta, como a los surfistas con las focas. Emparentados con las rayas y las quimeras, los tiburones han cambiado relativamente poco desde su origen evolutivo en el período Devónico, hace casi 400 millones de años.
Las jirafas son una especie de mamíferos africanos cuadrúpedos y de cuello muy largo, siendo los animales más altos que existen hoy en día. Su altura puede rozar los 5,8 metros y su peso oscila entre 750 y 1600 kilogramos.
Otro rasgo importante es su pelaje amarillo moteado, semejante al del leopardo, lo cual se halla presente en el segundo término de su nombre científico: Giraffa camelopardalis, o sea, “camello-leopardo”, que fue como lo bautizaron los romanos al descubrir el animal. La jirafa habita desde el norte africano hasta el sur, desde Chad a Sudáfrica y desde Níger hasta Somalia, pero de manera dispersa
El elefante
Otro de los mamíferos más fascinantes de África y Asia, el elefante es una criatura enorme y maciza, cuyo peso al nacer oscila los 120 kg y puede alcanzar en vida adulta los 10.000 kg. Posee además una trompa nasal muy característica con la que puede sujetar objetos, alimentarse, bañarse y respirar.
Con una altura de casi cuatro metros, es el animal terrestre más grande que existe, asociado en la cultura humana con emociones nobles como el altruismo o la compasión, lo cual no ha impedido que se le de cacería hasta casi extinguir muchas especies, para utilizar el marfil de sus colmillos en distintos productos (como teclas de piano). Lo peor es que este animal posee un cerebro de casi 4 kg de peso, que le permite una inteligencia similar a la mostrada por algunos primates.
El tigre
El mayor depredador de Asia es este felino carnívoro de entre 47 y 250 kg de peso y de 190 a 330 cm de longitud (cola incluida). Posee un pelaje naranja con rayas negras y zonas blancas muy característico, así como filosas garras con las que sujetar a su presa y una potente mordida con la que desgarrar su carne.
Excelentes nadadores y trepadores, poseen un rugido muy característico, distinto al del León, y una visión nocturna muy aguda. Son ferozmente territoriales y se encuentran en grave peligro de extinción, en gran medida debido a la cacería indiscriminada, hoy ilegal en muchos países asiáticos.
Ver también: Especie en peligro de extinción.
El oso polar
De pelaje blanco como la nieve, este feroz cuadrúpedo habita las regiones polares del ártico, en donde se camufla excelentemente con el hielo. Su dieta se compone de focas, peces y otros animales marinos ricos en grasas, que pesca gracias a sus garras filosas.
El mayor depredador del Ártico y uno de los más grandes de la Tierra, posee un peso que oscila entre 350 y 680 kg, y puede medir unos 2,6 metros de pie. Como tantos otros, se halla en peligro crítico de extinción debido a la destrucción de su hábitat, fruto del calentamiento global y el derretimiento de los polos.
La ballena azul
Conocida también como rorcual azul, es el animal de mayor tamaño que habita nuestro planeta, oscilando entre los 24 y 27 metros de longitud y las 100 a 120 toneladas de peso. Al contrario de lo que su tamaño pudiera sugerir, es un animal dócil y pacífico, que se alimenta del plancton marino y otros animales minúsculos como el krill, pescándolos del agua con sus largas barbas filtrantes.
Se trata además de un mamífero marino, con una increíble capacidad pulmonar de 5000 litros de aire, por lo que puede durar mucho rato bajo el agua. Cuando sale a respirar, no obstante, produce un chorro de agua característico que puede alcanzar los 6 a 12 metros de altura. Como muchos animales de esta lista, se halla en peligro de extinción debido a la cacería indiscriminada del ser humano.
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